De chiquita… y de grande, siempre he querido tener un sillón colgante. Nunca me he sentado en uno pero en las fotos se ven tan cómodos que siento que si los uso, todas mis preocupaciones se irán y le encontraré solución a todos mis problemas al instante.
Vivo en Sonora, un estado muy caluroso y sería imposible tener el sillón al aire libre como aparece en las fotografías, tendría que estar en un lugar techado y ayudarme con un abanico en su máxima potencia para usarla tranquilamente sin peligro de deshidratarme. Pero sería mi lugar favorito en días lluviosos, admítelo, el tuyo también.
Odio los chats, a mi me encanta sentarme a platicar y ver la cara de la otra persona reaccionar a lo que le digo, (el jajajajaj en texto no me deja ver si mi chiste en realidad fue gracioso), y creo que este tipo de rincones estimularían muy buenas conversaciones, aunque también me parecen más que perfectos para mandar a todo mundo a la goma, leer, dormir un rato y disfrutar del silencio, el cuál aprecio mucho ahora que tengo una niña de casi 3 años :3
Aunque no sea un sillón espectacular colgando del techo, creo que cada casa debe de tener un espacio dedicado a platicar, en el que no entren teléfonos, computadoras o tablets, (al menos que estés solo) que se use solo para conectar y mostrar el interés que sentimos por los demás miembros de la familia o amigos. Un sillón o cojines en el piso están bien por mi, mientras tenga una buena plática, pero no puedo negar que sigo soñando con estas sillas colgantes.