Como todos los años, tengo una serie de propósitos que quiero cumplir para hacer mi vida y la de los que me rodean mejor, este 2017 la número uno es programar más actividades al aire libre con la Camila.
No creo que sea necesario esperar esa fecha para empezar a hacer más cosas positivas, pero es simbólico y casualmente me encontraba en un conflicto sobre los hábitos que estaba promoviendo en mi hija.
El clima en Hermosillo me hace poner mil pretextos para no salir a la calle, en tiempo de calor quedarme de lo más cómoda en el aire acondicionado es la opción más atractiva y en invierno el uso de las cobijas como segunda piel, el mejor modo de pasar el día; y aunque yo ya estoy echada a perder, no quiero que mi comodidad afecte el desarrollo de Camila.
Me asustó pensar que en 7 años más ella podría estar tirada viendo tele todo el día comiendo papitas y con problemas de obesidad sin importarle que su mamá juegue con ella o no, así que ante esta idea tan exagerada pero posible, me propuse salir de la casa 3 o 4 veces veces a la semana aunque sea para caminar por la cuadra.
Esto nos hará más activas físicamente, nos alejaremos de la televisión, haremos más cosas juntas y siento que le daré las bases para tener hábitos más positivos cuando ella sea grande.