La mitad de este día dormí por el desvelo que me causaron las piedras en la vesícula, así que salimos tarde de la “casa” para dirigirnos al observatorio astronómica Mauna Kea.
Escogimos visitarlo en sábado, porque se supone que había una plática especial a las 6 de la tarde, yo creía que íbamos retrasados; la verdad es que para el evento si, pero antes de llegar a las instalaciones del centro de visitante, notamos que el carro de enfrente se detuvo casi en medio de la carretera, cuando seguimos con la mirada hacia dónde se dirigía, vimos el mejor atardecer del viaje, llegamos justo a tiempo a donde teníamos que estar.
Una lámpara |
Entramos a dónde se supone que se daría la plática, vimos gente, la proyección de un video, y muchos artículos a la venta, pero a ningún ponente, ahí nos entretuvimos un rato hasta que por fin sacaron los telescopios y se formaron las filas para ver a través de ellos.
Mientras estábamos formados no perdimos el tiempo, yo tomé fotos del cielo bien despejado y el bobby platicó con algunos de los voluntarios que estaban en los telescopios.
Las cosas que recuerdo haber visto es Andromeda y una nebulosa a 34 millones años luz, esta última me dejó sin palabras, pensar que estaba viendo una luz que le tomó tanto tiempo llegar a mis ojos, me hizo sentir los limites de mi mente.
Esto está muy lejos |
Se puede decir que éste día fue corto, pero no por eso carente de buenas experiencias.