Hoy fue un día para sentirse humilde, más bien chiquita.
Iniciamos en la playa con el agua más transparente que mis ojos han visto; caminábamos buscando un lugar donde sentarnos cuando vimos a una tortuga nadando en la orilla, pero lo mejor fue cuando estábamos dentro del agua, pasó enseguida. Una señora nos dijo que estaba esperando a que se quitara la gente par salir a comer las plantas que tenían unas piedras; la observamos por un rato, pero solo nos emocionó acercándose, luego regresó al agua.
Cuando el hambre llegó, nos fuimos a Waime, un pueblito con una vista impresionante, no pudimos llegar a dónde quería porque era propiedad privada.
Seguimos la carretera hacia Hawi, otro lugar desconocido, que para llegar a el teníamos que subir y subir y subir; a la mitad del camino se podía ver gran parte de la isla, y fue en ese momento en que me dí cuenta de lo chiquita que soy, estoy a merced del volcán, de un tsunami, de los terremotos y quien sabe que tantas cosas más. En Hawi me comí una nieve de café para bajar el susto.
De regreso al hotel notamos que el cielo estaba completamente despejado y nos orillamos para verlo tirados en el cofre por un rato, y ahí, cuando vi por primera vez la galaxia Milky Way, me llegó otra vez el sentimiento de insignificancia.
Foto mal enfocada, pero se alcanza a apreciar un poco parte del MW |