Desde que llegué a vivir a San Francisco, esperaba el famoso desfile de orgullo gay. El domingo 23 de junio, cuando por fin llegó el día, la expectativa no fue excedida, ni mis prejuicios satisfechos.
Si alguien quiere establecer una relación con otra persona de su mismo sexo no es problema para mi, que cada quien busque su felicidad con quien mas guste, los prejuicios a los que me refiero es al de la imagen de los gays brincando, corriendo y bailando. Se que una preferencia sexual no define una determinada actitud, pero las películas y programas de televisión crearon una expectativa sobre el desfile rebosante de colores, música, brillos y carcajadas continuas.
El evento estuvo lleno de esos momentos, los voluntarios encargados de la seguridad fueron de lo más simpáticos y ocurrentes, había gente desnuda, con brillos, con colores, con hartos colores, con brillitos y muchísimos colores (¡de verdad usan muchos colores!), andaban bailando, en bicicleta, en moto, coqueteando, cantando y no recuerdo cuantas cosas más.
Pero también mostraron su lado social, ¿Qué mejor que alegar por una causa, que un desfile con muchos asistentes y cobertura mediática? Desfilaron grupos que luchaban por causas ajenas a la comunidad, como los que estaban en contra de los bancos, pero también los que marcharon buscando hacer valer sus derechos, exigiendo la legalización del matrimonio y adopción o promoviendo la protección sexual para evitar el contagio de VIH.
En los 2 desfiles que he presenciado, los bomberos y policías también han tenido su participación, y de las más aplaudidas. Pero esta vez llamó particularmente mi atención que algunos de ellos recorrieron el desfile con su pareja, algunos de ellos, colegas también.
Curiosidades muchas, pero la participación de un solitario #yosoy132 me quedó grabada, así como la presencia de muchos niños que no parecían inmutarse ante nada, bueno si, ante los globos.
El desfile gay es sin duda una celebración, por algo es llamado Pride Parade, pero además es una excelente oportunidad para seguir promoviendo la tolerancia, para que todos nos demos cuenta que un gay no es solo un modista o bailarín, y que aún tienen muchas piedras en el camino que necesitamos quitarles.