Si cuando estaba ahorrando lo del receso en la secundaria para comprarme el disco de Alanis Morissette, me hubieran dicho que tendría la oportunidad de verla en concierto y además de tomar fotos durante el, mi adolescencia habría sido más esperanzadora.
Su presentación fue el cierre de Now & Zen, evento organizado por la estación de radio Alice; participaron 5 artistas más, ninguno que haya escuchado antes de ese festival: Hedley,
Tristan Prettyman, Phillip Phillips, Ed Sheeran y Matt Nathanson.
Al llegar al Golden Gate Park, lo primero que noté fue el lugar lleno de mujeres en el rango de 14 y 20 años, me causó curiosidad, pues no creía que ese fuera el público de Alanis; conforme avanzaban los cantantes, las chicas derramaban lagrimas y gritos eufóricos, sentí con más fuerza que no iban a ver a la canadiense, y ya que el 60% de la gente se fue 10 minutos antes de su presentación, confirmé que definitivamente no tenían ganas de escuchar ni aunque sea la canción de Ironic.
Unos salían, pero también gente entraba.
Cuando el lugar estaba casi llegando al nivel de espectadores inicial, por fin salió Alanis, ofreciendo un concierto que tenía 15 años esperando.
El repertorio fue muy básico, probete, no llenete. La mayoría de las canciones fueron de Jagged little pill, no más de 5 canciones de sus otros álbums, pero a estas alturas yo con 3 rolas me conformaba.
No voy a negar que estaba muy entusiasta gritando la letra de You learn, pero me di cuenta que la energía no era la misma, y no porque fuera menor, simplemente que a Perfect o You oughta know, no la apropias igual a los 15 que a los 29, y probablemente la autora también estaba en otra posición cuando lanzó su primer disco.
La canadiense se movía de un lado al otro sin parar de hacer sus conocidos ademanes raros con las manos o la cara, pero sin el coraje o incomprensión que las canciones hablan, la verdad no me importó, disfruté muchísimo el concierto y lo mejor de todo, lo pude ver también a través de mi cámara… aunque sea de lejitos.