Este año me entraron muy fuerte las ganas de aventarme todo el show de los Oscars, desde la alfombra roja hasta que cerraran transmisiones, nunca lo había hecho, siempre que lo veía era porque lo caché en la tele, no por intención, pero tal vez ver a tanto mexicano ganando los últimos años, me movió.
Cuando uno tiene hijos, es fácil volverse loca en el área de ropa infantil y el departamento de juguetes; la memoria se pierde, uno olvida el montón de cosas sin usar que hay en la casa y los múltiples castigos y regaños por dejar todo regado.
La penséeeeee para comprarme este producto… y no porque no lo quisiera, sino porque el color que más me encantó es el azul pero mi lado realista sabe que no lo voy a usar más que para andar en la casa, así que cuando estaba en Sephora decidí comprar el morado, algo más normalito y que si me iba a animar a usarlo en mi vida diaria.
Las sesiones con niños son bien divertidas, disfruto mucho de la espontaneidad, de sus ocurrencias, siempre tienen poses nuevas y lugares que no se me hubieran ocurrido para integrar en la sesión fotográfica.
Si por mi fuera mi casa siempre estuviera llena de flores naturales adornando todos los rincones posibles, pero mi vida en el desierto limita el tipo de flores a los que tengo acceso e incrementa su precio. También me gustan las macetas, sobre todo las que son diferentes y nada parecidas a las clásicas de barro que vemos en casa de la abuela y andando por blogs me encontré con estas flotantes ¡divinas!
De hace un par de años para acá, tengo conciencia sobre la lucha por borrar la línea entre roles de géneros. Y aunque siempre me ha parecido buena idea, hasta que tuve una niña le puse más atención al tema.
A veces la vanidad hace que pase entretenidas horas frente al espejo embarrándome sombras, base y otras pinturas, pero también me exige que le dedique tiempo a la tediosa tarea de desmaquillarme, dejar mi piel limpia como si nada hubiera pasado y lista para regenerarse. Pero la flojera, mi astucia mexicana y los nuevos productos que encuentro en el super, han hecho esta tarea más fácil.
La semana pasada andaba disfrutando de mis 10 minutos de libertad en las historias de Instagram, cuando vi que una de las personas a las que sigo (no recuerdo quién) estaba en la presentación de una marca de ropa deportiva Mexicana: Plena, y lo primero que pensé fue “debo escribir sobre esto”.
Google me ayudó a conocer que Plena fue fundado por una mujer, Paulina Abdala, que sus diseños están inspirados en culturas indigenas mexicanas: huicholes, tarahumaras y lacandones, y que con parte de las ganancias buscan crear una fundación que promueva las actividades de mujeres en las poblaciones de los grupos mencionados.
No somos una marca exclusiva, somos una marca incluyente.
Su primera colección se llama Raíces, por el momento solo está a la venta en su página y está integrado por casi todas las prendas que puedes necesitar para ejercitarte: leggings, capris, shorts, top, blusas, tanks y unas playeras de manga larga. Sus estampados inspirados en los grupos mexicanos son más de tipo conceptual y de colores muy variados; están los negros, grises y cremitas muy sobrios, o los verdes, rosas, naranjas (y más) para que no te atropelle un carro si lo tuyo es correr en la calle.
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En la galería de cada prenda cuentan con una sección en la que cuentan cuál fue la inspiración ayudó a crear ese producto en específico, ¡buena manera de conocer más sobre nuestra cultura! Y si te da miedo comprar en internet por aquello de las tallas, también tienen un espacio destinado para la guía de medidas, en centímetros y pulgadas para que no te quedes con ninguna duda.
Los precios me parecieron bastante accesibles en comparación con marcas como Nike y un poco a la par en algunos productos Old Navy, por ejemplo, unos leggings de esa marca me cuestan $27 dólares aproximadamente, casi $500 pesos, mientras que unos Plena están a $529 con envío gratuito hasta tu casita. Vale la pena darle la oportunidad.
Aunque me hubiera gustado pedir un top, la desproporción de mi cuerpo hace que tenga problemas para el ajuste de la ropa y me da miedo comprar sin medirme las cosas, así que mejor compré unos leggings. Cuando los reciba les platico sobre ellos.
Me dio mucho gusto conocer de esta iniciativa que con sus productos promueve la actividad física, la inclusión de culturas, el apoyo a mujeres en uno de los sectores más vulnerables y que sea 100% Mexicano. En un futuro me gustaría ver a los grupos indígenas de mi estado reflejado en sus prendas, sobre todo a los Seris y su pintura facial; si no saben de lo que hablo, les dejo un pequeño video que hice. Aclaración, es de mis primeros intentos por editar video xD
Durante mi estancia de 2 años en San Francisco, fui voluntaria en un montón de partes porque no tenía visa de trabajo; ayudé a clasificar basura, armar los paquetes de prensa de una exposición, llené tanques de agua, introduje al mundo de las redes sociales a latinas que querían empezar su propio negocio y un montón de cosas más, y todo lo que obtuve fueron 2 boletos para un evento, pero con sentir que gracias a mi tiempo y el de un montón de voluntarios más las organizaciones podían seguir con su misión, bastaba.