Hace un par de meses estaba en una fiesta con el bobby y mientras el estaba en el baño, se me acercó una mujer para preguntarme si necesitaba ayuda y eso me dio esperanzas en la humanidad y en la solidaridad entre mujeres.
De chiquita… y de grande, siempre he querido tener un sillón colgante. Nunca me he sentado en uno pero en las fotos se ven tan cómodos que siento que si los uso, todas mis preocupaciones se irán y le encontraré solución a todos mis problemas al instante.
Algunas pocas serán las afortunadas de no tener canas a los 33 años, pero yo no soy una de ellas y por mucho tiempo tuve el conflicto de cubrirlas o no.
Hace rato estaba muy clavada con documentales de música, vi el de Nina Simone, Sinatra y uno de coristas en Netflix, y justo en ese tiempo estaba el de Amy Winehouse en el cine. Siempre me han gustado sus canciones aunque nunca averigüe ni me interesé por su vida privada, pero necesitaba seguir con la serie de documentales de música y este se veía muy interesante.
Me puse a recolectar todas las bolsas de dulces de la Camila que tenía escondidas para tenerlos en un solo lugar, y cuando vi el bote con todo junto me sorprendí al ver tanta cantidad de azúcar destinada a mi hija; y es que yo no le doy toda la bolsa de las piñatas para que se las coma, se la administro lo más que puedo, porque tengo una guerra contra el ingreso de los endulzantes en el mundo de la Camila.
Algunas de estas paletas y chiclosos son desde el día de brujas, osea que tienen poco más de 4 meses esperando ser encontrados por las manos curiosas de mi hija, pero la mayoría se los regalaron en piñatas, lo que me hizo recordar la mortificación que tenía yo en su cumpleaños #2 para ofrecer una buena y llenadora bolsa de dulces, pero ahora me doy cuenta que es un gasto que no vale la pena por:
1.- Probablemente los niños al 4to dulce ya no van a estar disfrutando, solo estarán devorando el azúcar sin distinción.
2.- Los papás que cuidan la alimentación de sus hijos tendrán más berrinches para aguantar porque no les van a dar a sus hijos todos los dulces que tienen.
Así que decidí que en el próximo cumpleaños de la Camila entregaré una bolsa más cuidada y con algo más práctico y de utilidad para los pequeños invitados, como algún librito de colorear, colores, o hasta burbujas, como en una piñata a la que fui a tomar fotos en la que entregaron una libreta y pintura con un diseño ¡súper lindo!
El alto consumo de azúcar en niños se debe a muchos factores, uno de ellos es el social, porque es lo más fácil para dar en las reuniones y porque si, nos encanta ver su carita de felicidad ante tal tesoro escondido en bolsas de personajes infantiles, pero podemos cambiar esta idea y en vez de tener 20 dulces distintos, entregar 3 y algo que además ayude al desarrollo de su imaginación y no su obesidad.
Nota. Soy una adicta al azúcar (y hago todo por dejarla) y por eso no quiero que la Camila también lo sea 🙁
El 14 de febrero se acercaba y aunque nunca lo he celebrado formalmente (porque todo está lleno y no me gusta engentarme) esta vez quería hacer algo con la Camila y sus amiguitos porque algo tienen los hijos y las fotos con niños disfrazados que te hacen sacar lo más cursi que hay en uno. Así que se me ocurrió hacer una sesión de fotos con el tema del amor para derramar mucha miel cada vez que las vea.
Aunque considero que soy buena haciendo manualidades, a la hora de armar un set completo se me seca el cerebro y no se bien como estructurar todo para que se vea armonioso, así que recurrí a la Tamara para que fuera la responsable de esta parte, zapatero, a tus zapatos.
Las fotos de niños me encantan por espontáneas, porque yo puedo comportarme de forma “tonta” justificando que es para que me hagan caras y reacciones divertidas, pero cuando se intenta tomar una foto de grupo con 5 niños que van entre 1 año a los 7, todo se vuelve un caos, pero un caos bonito, lleno de momentos super chistosos.
De verdad recomiendo tomarles fotos a los niños todos disfrazados, con decoración y accesorios variados aunque sea con el celular, en un futuro esas imágenes nos sacarán sonrisas y llenaran de recuerdos.
Si quieren ver más de estas bellas sesiones, pueden ir al álbum en mi página de fotografía 🙂
Como todos los años, tengo una serie de propósitos que quiero cumplir para hacer mi vida y la de los que me rodean mejor, este 2017 la número uno es programar más actividades al aire libre con la Camila.
Muchos dirán que la menstruación ya no es tema tabú y hasta cierto punto es verdad, ahora podemos decir que sufrimos de cólicos, que “me está bajando”, y hablar de tampones sin mucha pena, pero hay situaciones en las que todavía sufrimos un poco de sonrojo.
El como llegue a proponerme hoy el reto de no consumir nada de azúcar procesada por 100 días se remonta a un par de meses atrás, un día en que me pesé y estaba a 2 kilos de lo que fue mi punto más alto del embarazo, al parecer es tanta mi autoestima que nunca noté como mi cuerpo fue absorbiendo la comida fea que le meto.
Desde que recuerdo, las libretas y todo lo relacionado con papelería me llama muchísimo la atención: pasaba horas en la sección de tarjetas de regalo (esas con mensajes de cumpleaños, aniversarios y toda ocasión), tengo una colección de cuadernitos monos y sigo múltiples cuentas de imprentas, diseñadoras y empresas que logran plasmar muy bien lo que le queremos decir a los demás de una forma gráficamente placentera.