Como todo en lo relacionado a los hijos, es una decisión sumamente personal, todo depende de nuestros objetivos y lo que queremos para nuestro pequeños, por eso en esta entrada hablo de mi experiencia, así que para responder a la pregunta ¿debo darle todos los regalos que le dan en su cumpleaños a mi hijo? Debes primero analizar toda TU situación, gustos y necesidades, pero en mi caso la respuesta es ¡NO!
Pero no siempre fue así, cuando sabía de casos en los que la mamá solo entregaba unos cuantos regalos y los demás los guardaba para después, pensaba que era bien gacha y que pobres niños. Y en su cumpleaños 1 y 2, Camila abrió y sacó cada uno de los juguetes que le trajeron familiares y amigos.
En mi casa todos los espacios reservados para estos artículos estaban al tope, por donde me asomaba, había piezas y monos, muchas cosas que había que juntar y guardar en su lugar to-dos-los-dí-as. Y como intento criar una hija responsable, pues buscaba que ella los colocara en su lugar cada vez que jugaba, ya se imaginarán la batalla campal diaria.
También había muchas cosas abandonadas que mi bendición ya no tocaba porque había objetos mucho más novedosos, ni hablar de la falta de aprecio y el uso irresponsable (romper, tirar, etc.) que le estaba generando tener todo en exceso. Además la chamaca salió medio dispersa, se distrae con cualquier cosa y al tener tantos estimulantes, no jugaba con nada en específico, su entretenimiento era ver un juguete, aventarlo y seguirle con el otro.
Fue cuando notamos todo esto, a los 2 años y medio de Camila, que el bobby y yo decidimos hacer limpia de juguetes: se iban las cosas olvidadas, los juguetes en mal estado (pero que seguían ahí por sentimentalismo) y se quedaban aquellos con los que la veíamos jugar; ya no recuerdo cuantas fueron, pero si salieron varias bolsas.
Cuando llegó su cumpleaños número 3, en casa abrió todos sus regalos, se emocionó mucho, pero se fue a dormir… y yo me puse a guardar. Al día siguiente no me preguntó por las cosas faltantes, solo se puso a jugar bien contenta con sus nuevas adquisiciones.
Desde que tomamos estas medidas, he visto como sus tiempos de concentración van aumentando, su responsabilidad también, no voy a negar que de repente se le bota el chango pero los conflictos han disminuido y realmente juega con las cosas. Cuando se dio cuenta de que hay un lugar en la casa con juguetes nuevos no hizo tanto alboroto como pensaba, a veces me dice que saque algo de ahí y ya.
Ahora… no se que voy a hacer para su próximo cumpleaños en el que tenga mucha más conciencia, tal vez exija todos sus regalo o ya esté acostumbrada a la administración de sus recursos de entretenimiento. Espero serenidad, pongan changuitos.
Desde mi punto de vista estas medidas solo traen beneficio para todos los integrantes de la familia:
-Menos juguetes provocan menos desorden, lo que mantiene a nuestra mente más tranquila y organizada.
-Los niños aprecian más los juguetes que tienen, juegan con ellos, realmente les sacan provecho, dejan de ser cosas acumuladas.
-Reciben más sorpresas a lo largo del año cada vez que se le entrega un juguete nuevo.
A partir de esto me hice mucho más cuidadosa con las cosas que regalo en las piñatas, porque hablando con otras mamás noté ese patrón de ansiedad ante la acumulación de muñecos y carritos, y no quiero ser parte del problema porque se que no todas se animan tomar estas medidas.
Hasta el momento no le encuentro desventajas a darle los juguetes que le regalan en su cumpleaños por goteo, desde que mantengo un límite de artículos de entretenimiento infantil en la casa, creo que la mente de todos en la familia descansa.
¿Has pensado en aplicar algo así en tu casa? ¿tienes alguna recomendación?