Caminé un rato por ahí, me senté en un lugar a leer y a cubrirme del aire que estaba muy helado, se me subió una arañita y mejor seguí caminando.

Además de lo verde del parque, lo hermoso de las vistas y el lobo marino (o foca, la verdad no se) que salió a saludarme, lo que mas me impresionó fue de un nadador, si, con neblina y el agua bien helada; lo estuve esperando un rato a que saliera para tomarle una foto temblando, pero parece que disfrutaba tanto de la hipotermia que no se le veía intención de dejar de dar vueltas.

Ya de regreso a mi casa me topé con una galería que se veía muy bonita de afuera, así que me metí con bolsa de super y todo.

Dentro de Modern Eden me encontré con el trabajo de Lacey Bryant, una chava de San José, California; a simple vista sus obras estaban muy lindas y coloridas, pero cuando me acerqué vi que no eran tan light y que había un parte “retorcida” en su trabajo: Si mal no recuerdo, todas las pinturas son protagonizadas por niñas o jovencitas dentro de paisajes naturales pero a una le salían arañas por los ojos, a otra sangre de la boca, unas cuatas caen de un árbol.

Fue ver como escenas de protagonistas de una niñez muy alterada.

En la galería también había un perro que se fue cuando le quise tomar una foto, venta de joyería hecha artesanalmente y algunas otras curiosidades.