Una de las cosas por las que se tornaban tan enfadosas era por que los encargados de hacerlo solo leían, como si no supieran lo que piensan del autor o la publicación, es muy valido tener un acordeón, anotaciones o todo lo que quieren decir si así lo desean pero solo por si pierden el hilo de lo que dicen, pero no para aventarse todo el evento con los ojos sobre las hojas; en ese caso que repartan copias con lo que escribieron.
La buena fue El deseo postergado de Mario Bojórquez, el hombre este escribe poesía, lo que me pintaba como que ahora contaría cuantas a´s y cuantas z´s tiene el árbol, pues no, fue de las mas agradables, divertidas y que realmente acercaban a la gente a los libros, a la poesía como a mi, que no me gusta pero el tipo realmente invitaba a leerla, o mas bien a leerlo, sin melosidad ni nada parecido.
No compré el libro, no traía dinero, pero no se me ocurrió pedir prestado, luego buscaré conseguirlo. No vuelvo a quedarme con las ganas, para que no se convierta en deseo postergado.
Sí compré otros títulos, Un loco enfermo de cordura de Juan Saravia y La ignorancia de Milan Kundera, y no están muy voluminosos así que se pueden leer rápido, aun que al paso en que he leído últimamente los terminaré en 5 años más. Y si, me propuse leer mas.
Todo mundo se quejó de los precios, con razón, un libro que hace unos meses me costó $120 en un stand, valía lo mismo, ¿dónde están las ofertas? De la variedad no puedo opinar por que no busqué mucho, iba a lo que iba.
Hoy termina la feria, día libre, mañana también. ¡¡Lista para ver a Miguel Bosé!!