El año pasado fue el segundo 15 de septiembre para la Camila, pero el primero en el que la vestía con ropa típica de la fecha y para aprovechar tanta belleza, pues quise hacerle una sesión de fotos e invitar a sus primos para hacer todo más divertido y que aumentaran los recuerdos gráficos de la infancia de estos niños. Este año quise repetir la experiencia, ya que todos tenían que vestirse así para ir a su respectiva escuela.
La cita fue en los arbustos que están antes de llegar al Nuevo Estadio de Beisbol para que los niños corrieran agusto, aunque no contaba con las hormigas y demás bichos que no vi pero me daba miedo que le picaran a mis modelos.
El vez pasado la Camila no caminaba, así que era más fácil de controlar, toooodo lo contrario a este año en que su personalidad curiosa y rebelde cada día se hace más presente, así como sus pasos más veloces. Y como es natural, cuando hay niños todo se vuelve juego y las órdenes de los adultos parecen perderse en el aire, así que las fotos se realizaron entre juegos y correteadas ¡¡hoy amanecí con mis piernas adoloridas!!
Además de que me encanta tomar fotos, me parece muy lindo estar creando una especie de tradición entre los primitos y amiguitos de la Camila ahora que están peques: fotos mexicanas en septiembre; se que en unos años más ya no querrán pararse ante mi lente así que tenemos que aprovechar en lo que eso llega. Me imagino viejita sentada viendo las fotos de mi bebe con esos vestidos tan lindos y con sus compañeros que espero estén por toda su vida.
Aprovechemos cualquier pretexto para fotografiar y para tener nuestras propias tradiciones, creo que eso une mucho a una familia y la hace especial, así tenemos más cosas que añorar y por las que regresar cuando no la tengamos cerca.