Tenía tiempo con muchas ganas de tomar fotos con un tono más sensual, y como nadie me las pedía, pregunté quien se animaba a quitarse poquita ropa frente a mi cámara.
La aventada fue una de mis mejores amigas, así que no hubo nerviosismo, todo estuvo muy divertido y relajado. No se porqué no se nos ocurrió hacer esto antes.
Yuvia disfruta mucho estar frente ala cámara y me facilitó la dirección, no me dejaba mucho que decirle, ella sabía para donde voltear, cómo sonreír, yo solo daba click y la guiaba hacia la luz, así de celestial.
Quedé encantada con los resultados, cuando veo las fotos, puedo ver ese lado de mi amiga que tanto admiro; no le da miedo ser sexy, tiene una hermosa sonrisa, un excelente sentido del humor y ha disfrutado de cada acierto y error cometido.
Pero la mejor parte fue cuando me dijo lo bien que se sintió con la sesión y las fotos, no hay cosa que me mueva más para hacer fotografía, que reacciones como esa.
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